La traducción al castellano de la Biblia y la publicación de la conocida Biblia del Oso nos remiten directamente a un hecho de extraordinaria trascendencia en la historia del mundo cristiano. Se trata de la fractura que se dio en el seno de la Iglesia cristiana a comienzos del siglo XVI, motivada por varios movimientos protestantes. Uno de ellos, el de Martín Lutero, fue sumamente influyente por el apoyo que encontró en varias naciones del norte de Europa, además de Inglaterra. Lutero condenó al papado por su falta de humildad, pero también postuló todo un conjunto de consideraciones sobre principios doctrinales. Parte importante de su reforma comenzaba por permitir que el pueblo tuviera acceso a los textos bíblicos. Tarea que él mismo emprendió llevando a cabo la traducción al alemán de escritos que hasta entonces se consideraban de exclusivo conocimiento de los clérigos. De hecho, Lutero se enfrentó a la oposición de una Iglesia que se oponía a la vulgarización de los textos que contenían los misterios de la fe.